¡NO, todo menos eso!
La directora Nikki se abrió paso entre la multitud mientras fulminaba con la mirada a cada uno de los chicos y chicas que estaban burlándose.
-AH, ya veo, no me extraña de usted señor Martin, pero… ¿usted señorita Mason?- Dijo volviéndose hacia mí, me encogí de hombros.- A mi oficina en este instante.- Ordeno autoritariamente, el bedel nos tendió dos toallas, subimos por las pequeñas escaleras y me puse la toalla rápidamente.
Caminamos hacia donde estaban nuestras cosas para secarnos y vestirnos, seque mi cabello lo más que pude, chorros de agua caían al suelo mientras secaba la blusa, nos vestimos sin decir una palabra y luego nos dirigimos hacia la oficina.
Entramos en silencio, la directora se levanto de la silla y puso las manos sobre el escritorio, nos sentamos en las dos sillas a esperar nuestro sermón o aun peor, nuestro castigo…
-Saben lo que le pasa a los que rompen las reglas.- Empezó a hablar, asentimos.- Como no podemos expulsarlos, tendrán su castigo.- Abrí los ojos como platos, luego me calme un poco y espere el castigo que venía.- No se les permitirá la entrada al baile de graduación.- Los dos nos levantamos de una de las sillas.
-¡No, todo menos eso!- Suplique.
-Cierto, el baile es importante para nosotros.- Me apoyo Darren, la directora se puso pensativa y empezó a caminar de un lado a otro.
-Entonces que haremos con ustedes…- Dijo pensativa.
-Haga lo que quiera… menos eso.- Rogo Darren.
-Aunque lo estuve pensando y… pues ya tuvieron suficientemente humillación.- Esta directora si me caía mal, pero le seguimos el juego.
-Tiene razón, no es suficiente ser vistos por toda la escuela.- Le dije para desviar el tema.
-Por esta vez se salvan los dos, el señor Martin porque nos hizo ganar el juego contra Lirnonth y usted señorita Mason, porque nunca ah dado problemas, hasta ahora…- Los dos suspiramos de alivio.- Pueden retirarse ahora antes de que me arrepienta.
Salimos a empujones antes de que pudiera cambiar de opinión, ya afuera, íbamos por el pasillo y como no me extraño, todos nos veían aguantando la risa, las chicas me miraban con odio y algunos chicos miraban a Darren con celos, cosa que no entendí en absoluto, Miranda venía caminando boca abierta.
-¡Oh por dios!, díganme que no es cierto lo que me acabo de enterar.- Dijo ya cerca de nosotros, nos limitamos a asentir.- ¡Están locos, como se le ocurre!- Dijo histérica.
-No fue mi idea…- Dije indirectamente.
-Oh, así que fue idea de mi tonto hermano.- Adivino volviéndose hacia él, yo asentí y me cruce de brazos, vi la hora y tenía que volver a casa, debía tomar medicamentos, solo por precaución.
-Tengo que irme chicos, nos vemos después.- Me despedí de Miranda, no tenía ganas de despedirme de Darren, pero antes de que empezara caminar, Darren me tomo del brazo.
-Te llevo.- Dijo mirándome a los ojos.
-Ok, está bien.- Fue lo único que pude decir porque estaba atontada mirándolo a los ojos.
Caminamos en silencio hacia el aparcamiento, entramos al auto y empezó a conducir sin decir una palabra, había mucha tensión entre los dos, estaba agarrando tan fuerte el volante que se le notaban las venas de sus brazos, su mandíbula estaba tensa y mantenía la vista al frente, me cruce de brazos y mire por la ventana como pasábamos casas rápidamente, Darren de repente se salió de la vía y…
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