Capitulo 14

Despertar.
“Cuando las esperanzas nunca se pierden, todo puede pasar”.
Me sentí rígida, como si estuviera acostada, pero como llegue aquí, empecé a escuchar un pequeño sonido, una y otra vez, moví mi mano y me dolió un poco, sentía que tenía algo enterrado, abrí los ojos lentamente, los parpados me pesaban, una luz me cegó por completo, ahí fue cuando comprendí, paredes verde pálido, cables pegados a mis brazos, no estaba en el estadio obviamente, una sonrisa se dibujo en mi rostro, había despertado, al fin, la pesadilla se había acabado, lagrimas de felicidad recorrieron mis mejillas.
-Hola…- Dije con voz ronca, en eso el doctor entro maravillado.
-Isabella, has despertado.- Casi grito de la alegría.- Vuelvo enseguida.- Dijo mientras salía, segundos después entraron mis padres, se abalanzaron hacia mí para abrazarme, me dolía el cuerpo de tanto tiempo que estuve en coma.
-Por dios Bella, despertaste.- Dijo mi mama mientras lloraba de felicidad.- Por un momento pensé que te perdería, ya está todo bien.- Dijo acariciándome el cabello, le devolví el abrazo lo más fuerte que pude, ya podía tocarla, pero una duda estaba en mi cabeza, todo lo que viví fue un sueño nada más o fue real, estaba confundida.
-Mama, estas aquí.- Dije llorando.
-Sí, si tú también.
-Bueno, señores, por las condiciones que tiene Isabella, es posible que la demos de alta, está muy estable además que pareciera como si nunca se hubiera ido.- Dijo el doctor maravillado, mi papa sonrió.
-Gracias por todo doctor.- Se volvió hacia mí.- Bella, cámbiate, es hora de irnos a casa.- Sonreí y asentí, papa me ayudo a levantarme, me tambalee un poco pero después recupere el equilibrio, camine a paso lento porque mis piernas estaban rígidas, me puse una camisa de tirantes verdes una falda de mezclilla y unas converse negras, mi cabello estaba todo enmarañado, lo peine y arregle, quedo como nuevo, cuando salí hacia al pasillo me lleve una gran sorpresa al ver a Savannah ahí, al verme se abalanzo a abrazarme.
-¡Savannah!, que haces aquí, no estabas en el juego.- Le dije todavía abrazándola.
-Sí, pero Darren me dijo que habías desaparecido y sabia que aquí estarías, siempre.- Me recordó.
-Entonces no fue un sueño.- Me dije a mi misma.
-Claro que no lo fue.- Me dijo Savannah sonriendo, todo había pasado, las bromas en el hospital, la casa de Darren, todo, wow.
-Chicas, de donde se conocen ustedes.-Pregunto mi mama algo confundida.
-Somos viejas amigas.- Contesto Savannah por mí, ella solo asintió lentamente.
-Donde están los chicos.- Le pregunte a Savannah.
-Ellos dijeron que vendrían pero no han llegado.- Y justamente cuando voltee venían los dos corriendo como locos al percatarse de que había despertado, Darren corrió hacia mí para abrazarme.
-Te dije que lo harías.- Me susurro al oído.
-Tú deberías estar en la celebración.- Le recordé.
-A mi no me importa esa estúpida celebración, me importas tú.- Me mordí el labio, era tan lindo.
-Ahora si puedo sentirte.- El sonrió, lo abrace más fuerte.
-Ahora si iremos al baile.- Me animo, en eso recordé que iba con Dayana y lo aparte de mí.
-Tú iras al baile con Dayana.- Recordé mientras aguantaba no llorar, me miro con un extraño brillo en sus ojos.
-No, no lo hare, primero te pregunte a ti.- Negué con la cabeza.
-Pero recuerda que estaba… tu sabes, tienes que ir con ella.- Hizo una mueca de tristeza.
-Pero…
-Pero nada Darren, es mi última palabra, además no creo que vaya.- suspiro pesadamente.
-Quiero ir contigo, no con ella.- Dijo volviendo a acercarme a él, choque contra su pecho y alce la vista, su mirada me atrapo por completo.- Tengo que decirte algo yo es…- No pudo terminar la frase.
-¡Bella!- Grito mi hermanita.
-Elizabeth.- Dije zafándome de los brazos de Darren y corriendo hacia ella, se abalanzó hacia mí y yo la atrape con mis brazos.- Pequeñita te extrañe.- Dije entre risas.
-Yo también, no sabes cuánto…- Dijo abrazándome fuerte.
-Eh, Bella en donde estábamos.- Nos interrumpió Darren.
-Ah, sí, que querías decirme.- Dije volviéndome hacia él, se acerco a mí con una sonrisa y tomo mi mano para jalarme hacia él.
-Te quiero.- Dijo poniendo su mano en mi barbilla y haciendo que lo mirara, quede completamente helada, eso no me lo veía venir, estaba boca abierta mientras su tierna mirada me tenía atrapada.
-Ah… tú… ¿qué?- Quería escuchar de nuevo, creo que no entendí bien.
-Que te quiero Bella.- Volvió a decir con una suave risa.
-Tú… me… quieres.- Dije entrecortada, mi labio inferior empezó a temblar levemente, iba a llorar, pero de felicidad.
-Más de lo que crees y mucho tiempo atrás.- Abrí los ojos como platos.
-¿Mucho tiempo atrás?- Pregunte atontada, el asintió sonriente.
-Desde el año pasado.- Especificó, esto tiene que ser una broma.
-Darren, esto es una broma cierto.- Dije vacilante.
-Claro que no lo es, es totalmente cierto.- Me aseguro frunciendo el ceño, abrí la boca.
-Yo… no sé qué decir… estoy atónita.- Dije vacilante, el me volvió a tomar de la barbilla y me sonrió dulcemente.
-No tienes porque decir nada.- Dijo mientras acercaba su rostro hacia el mío, mirando de vez en cuando mis labios, cerré mis ojos para esperar el momento cuando mi papa interrumpió.
-Bella, es hora de irnos, tienes que descansar.- Los dos pegamos un salto y nos separamos completamente, él hizo una mueca de frustración.
-Bueno, adiós, nos vemos en la escuela.- Me despedí con un beso en la mejilla y alcance a mis padres.
Papa condujo hasta casa, en cuanto llegamos subí a mi cuarto y me tire en la cama a pensar, eso era imposible, Darren Martin me quería, ahora era todo más fácil, podía tocarlo y abrazarlo, pero tenía una duda en mi cabeza desde el primer día en que ocurrió el incidente de química, porque solo Darren y Miranda podían verme, no lo entendía, precisamente ellos, esa duda rondaba en mi cabeza, sería el destino o simplemente coincidencia, el ruido de la puerta me saco de mis pensamientos.
-Bella, alguien vino a verte.- Me aviso mama con una sonrisa, no entendía hasta que mama se aparto de la puerta para dar paso a…