Capitulo 11

Venganza.
“La venganza es dulce la mayoría del tiempo”.
Pasaron 5 días después del pánico que pase, todo seguía igual y yo me estaba fastidiando de esto, Darren y yo acabábamos de llegar a la escuela, íbamos caminando por el pasillo cuando Dayana se le acerco de nuevo, me ponía los pelos de puntas esa chica.
-Hola Darren.- Lo saludo.
-Hola Dayana.- Le contesto en un suspiro.
-Sabes que se acerca el baile cierto.- A donde quería llegar.
-Sí lo sé.
-Entonces, me vas a hacer pedírtelo.- Abrí los ojos como platos.
-No, no, no, de ninguna manera Darren.- Le reproche, interponiéndome entre los dos.
-Porque tan molesta.- murmuro.
-Dijiste que irías conmigo.- Le recordé cruzándome de brazos.
-Si lo sé, pero estoy entre la espada y la pared, además… es la capitana de porrista y yo el mariscal de campo.- Quede boca abierta, me mordí el labio para no llorar.
-Claro, entiendo, como quieras, dile que sí.
-Y… Darren.- Le pregunto Dayana.
-Claro, claro, iremos juntos.- Ella sonrió y le dio un abrazo, me di media vuelta y empecé a caminar echando humo por las orejas.
Pase todo el santo día evitando a Darren a toda costa, no quería cruzar palabras con él, me dejo destrozada, pero eso me lo veía venir, como le había dicho antes a Miranda, ella era una barbie girl y yo una simple muñeca de trapo, esta pesadilla nunca se quería acabar, me estaba empezando a impacientar, porque tenía que ser precisamente Darren el que podía verme, no había otra persona, tenerlo tan cerca de mí, pero a la vez tan lejos, quererlo tocar y abrazar y no poder hacerlo, era tan frustrante, sentía que me daba muchas indirectas y luego me hace esto, irse con Dayana Lion.
Era tan masoquista que decidí ir a ver el entrenamiento de las porristas y los chicos, me senté en las gradas sin importarme si Darren se daba cuenta o no, me daba igual, empezaron a practicar y deje que mi imaginación volara, Darren y yo, en el baile juntos, tomados de la mano, éramos los reyes del baile, todo era perfecto, pero me di cuenta de que eso no iba a pasar, obviamente no despertaría para el baile.
Cuando la practica termino, quería divertirme un poco así que tenía un plan entre manos, las chicas entraron al vestidor y yo las seguí, esa chica me las iba a pagar, mientras ellas tomaban una ducha, se veía a la vista la ropa de Dayana, sonreí triunfante y me acerque a ella, roge que pudiera aunque sea sostener algo por un momento sin traspasarlo y si lo logre, tome un labial rojo que estaba en el bolso de Dayana y luego extendí su camisa blanca, escribí “Soy una zorra”, por detrás y luego se me cayó el labial, roce la camisa para que no se diera cuenta hasta que la tuviera puesta y me reí bajito.
Espere a que ellas se arreglaran y cuchichiaran, cuando empezaron a salir todas se tapaban la boca aguantando la risa al ver lo que Dayana tenía escrito en la espalda, solté una carcajada.
-Venganza, dulce, venganza.- Dije entre risas, las seguí hasta que salieron y los chicos explotaron a carcajadas ella los miraba con confusión.
-Al fin decidiste admitir tu vocación.- Se burlo Miranda quien estaba muerta de la risa acercándose.
-De que hablas Miranda.- Le dijo Dayana fulminándola con la mirada.
-Hay… todavía no te vez la espalda.- Dijo una de las chicas mientras le tomaba una foto con su celular y se la enseñaba, Dayana abrió los ojos como platos.
-Que, esto no fui yo, quien hizo esto, me las va a pagar caro.- Chillo histérica, reí a carcajadas.
-Yo, yo fui.-Dije alzando la mano entre risas, Darren tenía la mano sobre su boca tapándose la risa.
-Buena esa amiga.- Me susurro Miranda, le guiñe el ojo.
-Me debía algunas.- Confesé, soltó una risita.