Mi mejor amiga.
“A veces hay que conformarnos con una simple amistad”.
Cuando llegamos a casa, estaciono su auto y me dijo que lo esperara en su cuarto, traspase la pared y me senté sobre su cama, me llamo la atención un libro que estaba en su mesita de noche, alce la vista para mirarlo mejor y era uno de mis libros favoritos, en eso Darren abrió la puerta.
-Hola, de nuevo.- Dijo mientras se quitaba su chaqueta y se desabotonaba su camisa.
-Wo, no te volverás a desnudar, cierto.- Dije deteniéndolo, soltó una carcajada.
-Duermo solo sin camisa, no te angusties.- Me calmo, asentí lentamente.
-Ok, mucho mejor.
Se puso un short y se acostó sobre la cama, se volvió hacia mí haciendo acostar distancia entre nuestros rostros.
-Eres mi mejor amiga.- Me susurro, aunque sea eso era algo, aunque no lo vi muy convencido.
-Tú también lo eres.- Respondí sonando lo más sincera posible, porque en parte lo era.
Puse mi mano abierta frente a él y este me imito, con mucho cuidado empezamos a acercar nuestras manos para unirlas, nos detuvimos cuando sentimos el roce de las dos, el se estremeció y así nos quedamos un rato, mirándonos sin bajar nuestras manos, ahora más que nunca quería despertar pronto, tenía un extraño brillo en sus ojos, como los que tienes cuando estas… ¿enamorado?
Desperté por la mañana y Darren no estaba en su cama, me levante y mire a los lados, en eso me percate de que estaba frente a su closet mirándolo para ver que se ponía.
-Te ayudo en algo.- Le pregunte acercándome a él.
-No, es solo que no se que ponerme.- Contesto encogiéndose de hombros.
-Déjame ver.- Dije poniéndome delante de él, le señale una camisa azul eléctrico, unos jeans rasgados y unas converse negras, él me sonrió.
-Gracias.- Dijo tratando de besar me mejilla pero yo me aparte.- Sí, ya lo recuerdo.- Dijo suspirando.
-No queremos que te traspase.- Le recordé.
-Sí, ya se.
Le di privacidad para que se cambiara, me pidió que fuera con él a la escuela y yo por supuesto tuve que aceptar, cuando llegamos, se acercaron sus amigos del equipo.
-Darren, hoy también tenemos que entrenar, el coach nos quiere preparados para el juego.- Le aviso.
-Sí, claro chicos, gracias por avisarme.- Contesto.
-Hablando de eso… por ahí hay un rumor de que te acostaste con Dayana, es cierto.- Pregunto uno de ellos con sonrisa picara.
-No hermano, es totalmente falso.- Aclaro Darren negando con la cabeza.
-Porque no lo hiciste, esa nena está que arde.- Hice una mueca de asco, los hombres exageraban tanto.
-Puaj, que asqueroso.- Susurre, a Darren se le escapo una risita.
-De que te ríes.- Pregunto Luis Henkis.
-Nada, de nada, es que si, tienes razón, es sexy.- No se le pudo ocurrir otra cosa que decir, lo mire enarcando una ceja.
-Bueno, mejor vayamos a clases o llegaremos tarde.- Todos asintieron y se fueron caminando, yo iba detrás de ellos cuando escuche mi nombre, cuando me volví era Miranda, todos la miraban como si estuviera loca por llamar a alguien que estaba en coma.
-Que hay Miranda.- La salude.
-Como estás Bella.- Me pregunto bajito.
-Bien y tú.
-Muy bien, lo vez, te dije que no iba a pasar nada.
-De que hablas.- Pregunte confundida.
-De Darren, no paso nada entre Dayana y él.- Me aseguro.
-Y tú como sabes.
-También hablo con mi hermano.- Dijo poniendo los ojos en blanco.
Pase todo el día con Miranda, Darren estaba muy ocupado, tenía que entrenar fuerte, estudiar y todo lo demás, eso me recordó que cuando despertaría, estaría muy atrasada con las clases, mi sueño de ir a la universidad de Yale se iría por el caño como mi sueño de llegar a ser la más popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario